viernes, 7 de octubre de 2011

Ni todo ni nada

Es curioso como siempre queremos lo que no tenemos. O quizás es que los extremos, como bien dicen, nunca son buenos. Cuando tenemos mucho trabajo no queremos hacer nada, desearíamos levantarnos pasadas las once de la mañana y tener todo el día por delante para estar tumbados en el sofá frente a la TV. En cambio, cuando no tienes nada que hacer, desearías tener una obligación, alguna responsabilidad, algún motivo para levantarnos. Los días pasan lentos y más cuando ves que el mundo sigue girando a la misma velocidad de siempre pero eres tu el que se está quedando parado. Necesitas un cambio, pero no sabes cual. No sabes si el cambio que todos dicen que necesitas, el que cambio que realmente necesitas.